#6 ¿Cómo conecto con mi alma?

Foto de Ricky Esquivel en Pexels

La conexión con tu alma es inevitable si la buscas. Solo tienes que seguir las señales que aprendiste a pasar por alto. Y no importa si tu mente está de acuerdo o no, porque al reencuentro con tu alma solo podrás ir tú.

Sin duda este punto es el más importante y los seguiré comentando en futuras entradas, porque me parece fundamental que podamos conectar con nosotros mismos al principio o en algún momento de nuestro proceso. Es primordial que le des prioridad a intentar conectar con eso que llaman “la fuente”, porque la experiencia que saques de este “contacto” con tu alma será lo que te mantenga absolutamente entusiasmado.

Yo aprendí a conectarme conmigo cuando aprendí a meditar. Al principio no pasaba nada y era confuso lo que debía esperar de mis meditaciones. No sabía ni cuánto tiempo dedicarle ni que debía experimentar. Según mi experiencia deberás aprender a meditar y hacerle un hueco en tu rutina diaria, pero antes de buscar un sistema, déjame explicarte, desde mi experiencia particular, algunas ideas sobre la conexión con tu alma.
 
Tu punto de partida debe ser este: Tienes que saber que no eres un humano con un alma. Es al revés. Eres un alma en un cuerpo humano. Eres un alma, una chispa divina en una experiencia humana. Tienes que asimilarlo porque entonces te será más fácil empezar a vivir el mundo desde el “mundo de las emociones”, desde el mundo en el que habita tu alma.
 
Además, tendrás que escucharla. Tanto si eres consciente de que conectas con tu alma como si no lo eres, deberás hacer el esfuerzo de escucharla. Todos tenemos una pequeña voz que habita dentro de nosotros. Debes hacer un esfuerzo por identificarla. Si ya sabes de que te hablo, perfecto. Si aún no lo tienes claro, deberás empezar a fijarte cuál es ese “pensamiento”, esa “segunda opinión” que te suele venir a la cabeza cuando oyes algo gracioso, cuando percibes un riesgo, cuando observas algo bello, cuando ves a una persona hermosa, o cuando te miras al espejo, por ejemplo. 

Hay situaciones que te hacen “pensar” una opinión no verbalizada, que puedes “oir” en tu cabeza. Quizás creas que es tu conciencia cuando haces algo malo, o tus remordimientos. Deberás poner atención para comprobar si se trata siempre de la misma voz, de su mismo tono y personalidad. Tu alma siempre te hablará de manera amorosa y quizás con un humor “diferente” al tuyo, más auténtico y sin miedo. Empieza a prestar atención y la irás identificando cada vez más. Una vez que hayas identificado lo que parece ser una pequeña segunda voz que suele hablarte, no lo pienses más. Trata a esta voz como tu alma. Pronto sabrás si estás en lo cierto o no.
 
Ahora tendrás que derribar algunas barreras mentales, porque en donde habita tu alma reina la emoción. ¿Estás listo para lo que sigue? Si ves que lo que voy a decir te crea cierta incomodidad, no te preocupes y léelo hasta el final. Después de unos días vuelve a leerlo y así hasta que sientas emoción.

Sería bueno que a tu alma le pusieras un nombre. Busca un nombre que te identifique, que hayas usado de niño o que represente algo absolutamente genuino de ti, íntimamente ligado a tu ser o a tu niñez. Si no se te ha venido a la cabeza ya, espera a que llegue, horas, días o semanas. No hay prisa. Cuando llegue lo sabrás y así la llamarás. 

También deberás fortalecer la relación con tu alma. Para mí fue más sencillo si me la imaginaba como alguien diferente a mí, como mi ser que habita dentro de mí, mi esencia o mi niño interior. En realidad somos el mismo ser, pero a efectos de relacionarme con esa pequeña voz, aprendí a “conversar” con ella como si fuera mi otro yo. A medida que la relación se haga más fluida, la “escucharás” más a menudo porque identificarás su voz entre el ruido de emociones. 

Si todo esto te parece fantasioso, es comprensible. Tan solo ten presente que no se trata de crear un amigo imaginario ni de que estés oyendo voces en tu mente. Tu cabeza podrá decirte cualquier cosa y ponerte adelante tuyo un sinfín de diagnósticos acerca de lo que el sentido común dice. Pero déjame decirte algo. No olvides cómo estás ahora. En este proceso estás solo tú. Llegaste hasta aquí solo, nadie te acompaña porque solo tú sabes el vacío que sientes. Así que poco importa a partir de ahora todo lo demás. Deberás romper con todas las creencias del mundo “coherente” y de la mayoría. Son justamente estas creencias las que te han llevado a estar donde estás, desorientado por no haber prestado atención a tu ser. 

Ahora tendrás que creer en lo invisible y saltar al vacío. Solo así descubrirás que la vida te sostiene. Entonces verás que en este hermoso proceso el mundo material se va decolorando poco a poco porque las respuestas no están en él. No encontrarás respuestas en el mundo material sino en el emocional. Allí sentirás la riqueza de colores y matices. Mientras más tiempo pases en el mundo emocional, mientras más tiempo pases “experimentándote”, más vívida te parecerá tu realidad interior. Te darás cuenta que el mundo material es solo el reflejo de lo que está ocurriendo dentro de ti. El exterior es una realidad que va un paso detrás, reaccionando a tu interior.

El proceso de despertar es un proceso absolutamente individual. Deberás estar preparado para ello, porque nadie experimentará nada de lo que te pase. En este proceso ocurrirán cosas hermosas y milagros. En este proceso tu sistema de valores se transformará y tu matrix irá cambiando. Con ella cambiará todo, incluidas las personas o amigos. Algunos aparecerán, otras simplemente se irán. Este proceso lo envuelve todo. En medio de este torbellino de emociones y cambios solo estarás tú y tu alma. Los dos experimentado todo y acercándose uno al otro cada vez más. 

Este proceso es un reencuentro, por eso es mágico. Es un proceso en el que tú te vas reencontrando cada vez más contigo mismo, siendo cada vez más tú. Es decir, siendo por fin, cada vez más, el que siempre has sido. Es tu redescubrimiento. Y en medio de eso, ocurrirán cosas increíbles, en las que tendrás que responsabilizarte de toda tu vida y amarte como nunca lo has hecho. Por eso te digo que si estás dispuesto a correr a tu despertar, deberás olvidarte de todo lo exterior y centrarte en tu interior. 

Siéntete, escúchate, háblate, quiérete. Empieza a ser tu mejor amigo. Haz todo lo que esté en tu mano para fomentar esta nueva relación aunque todo parezca una locura. Persiste y verás resultados. Porque empezarás a ser consciente de lo profundo que es tu interior y de lo desatendido que estabas. Te recomiendo que al rezar le pidas cosas a tu alma. Dile que la amas y que juntos vas a hacerlo posible. Dile que te dé fuerzas para lograrlo juntos. Comienza a ser un equipo. Comienza a pensar como si fuerais dos seres unidos para convertirse en tu mejor versión. Cuando te quieras dar cuenta, tendrás a tu alma tan metida en tu corazón y tan ligada a ti, que ya no seréis dos, sino un ser completo de nuevo, tan maravilloso y genuino que no querrás volverte a separar nunca más de él. Porque cuando te conoces a ti mismo, conoces a Dios. Y cuando conoces a Dios, te conoces a ti mismo.


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